domingo, 27 de enero de 2019

Los Dornajos de Ijeque


[085] Los Dornajos de Ijeque (topónimo en vías de desuso). Var.: La Fuente de Ijeque, Los Dornajos.

Denominación que forma parte del macrotopónimo designado bajo el término Ijeque, localizado en la cumbre de la jurisdicción de Güímar ([083] Ijeque [X: 354249 / Y: 3134514 / Z: 2258]).

Punto culminante del relieve caracterizado por una sustancial veta  donde permea agua
de manera regular, en forma de múltiples gotas, a lo largo de todo el año. El mayor nivel de acumulación se registra, preferentemente, durante los años de intensos regímenes de lluvia, granizo y nieve, especialmente en las estaciones de otoño e invierno.

Acerca de las variantes que hemos reunido de la tradición oral, destacamos las siguientes construcciones: la Fuente de Ijeque, los Dornajos de Ijeque y los Dornajos. La primera denominación, la menos empleada entre la oralidad, hace relación directa del rezume de agua propiamente dicho. En esta línea se hace eco don Juan Bethencourt Alfonso
en la observación  que incluye al precisar la referencia de «manantial» y «manantiales» al abordar estas dos variantes del término Ijeque:

«Ijéquere: Manantiales y montañita en Güímar» y «Jéquere: Manantial en la cumbre de Güímar».
Presumiblemente, como ya hemos dejado constancia en la entrada [084] Ijeque, todo parece indicar que se trata de un fenómeno de reproducción y errata de transcripción. En lo que toca a las dos últimas entradas recogidas de la oralidad cabe destacar que se constituyen con base a una misma designación: la fórmula compuesta, Los Dornajos de Ijeque y la fórmula simple, Los Dornajos. A este respecto también se hace eco don Juan Bethencourt Alfonso, en su célebre listado de nombres de lugar, bajo la siguiente observación en la variante Jeque:

«Jeque: Dornajos de Jeque y región en Güímar».

Estas dos mencionadas construcciones, los Dornajos de Ijeque y los Dornajos, se cuentan entre los términos más recurrentes en la oralidad, destacando este último apelativo
como resultado de un fenómeno de contracción y economía del lenguaje que ha terminado por prevalecer.

El apelativo los Dornajos o los Dornajos de Ijeque hace referencia, en este particular caso, a una serie de singulares estanques con formato rectangular con un claro objetivo: contener el agua. Intrínsecamente relacionados con el mencionado manantial de agua de forma indirecta y con el aprovechamiento de estos sustanciales recursos hídricos de forma directa,
de acuerdo a la tradición oral a tal fin se labraron
expresamente esta serie de recipientes, a modo de abrevaderos más largos que anchos, procedentes de la extracción y trabajo de la tea de pinos canarios en el pasado. Estos receptáculos se dispusieron en este enclave a lo largo de la base de la veta, lugar donde permeaba el agua, acumulando de manera ingeniosa la caída de las gotas de agua que brotaban de manera natural desde estas paredes. Con el fin de favorecer este proceso se adhirieron, además, diversos caños de madera que aceleraron la canalización de las gotas de agua que se filtraban desde las mencionadas paredes.

La mayor parte de estos antiguos abrevaderos de tea se han cambiado por los defectos que ha ocasionado el paso del tiempo y la acción de la humedad sobre ellos, suplantándose más modernamente por una copia elaborada con cemento y arena para cumplir el mismo fin de contención de agua. 

Acerca de la función histórica de estos dornajos, siguiendo a la tradición oral, existe un criterio uniforme en torno al aprovechamiento de estos recursos hídricos en la cumbre desde tiempos antiguos. Más concretamente
una parte de la tradición oral vincula este hidrotopónimo, los Dornajos de Ijeque, como un lugar habitualmente frecuentado por los guanches (ver entrada relacionada un lugar de guanches), conectado con las prácticas ganaderas que realizaban los guanches güimareros en la antigüedad:

«Los Dornajos vienen de la época de los guanches»


«
Allí decían que iban los guanches a dar de beber agua [a sus ganados] arriba a Los Dornajos cuando subían a la cumbre
»

A nuestro juicio nos parece bastante convincente el uso de estos importantes recursos hídricos en la cumbre por parte de los antiguos güimareros y sus descendientes
, práctica que al menos en el caso de la apicultura se ha conservado hasta la actualidad. En este sentido nos parece recurrente, del mismo modo, la viabilidad de los pasos a seguir de una antigua ruta transhumante que conectaba la línea de costa, las medianías y confluía en las inmediaciones de los Dornajos de Ijeque, uno de los puntos neurálgicos de abastecimiento de agua en este sector de las zonas altas.  


Véanse los detalles de estas mencionadas hipótesis en la entrada general del Blog [100] Topónimos a confrontar.

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