Manantial situado en un margen del Barranco de los Juncos [X: 368763/ Y: 3143165/ Z: 281]. El grado de impermeabilidad que ofrece el sustrato de tosca (toba) amarilla en el que se origina permite la filtración de agua de forma intermitente, especialmente durante las estaciones de las lluvias (otoño e invierno).
El aprovechamiento de las aguas ha quedado materializado en la construcción de diversos pilones y covachos, previa canalización del agua en diversos depósitos labrados en la tosca (toba), conectados mediante escalones de acceso labrados en el mismo sustrato poroso. Durante el siglo pasado, estos mencionados receptáculos sirvieron tanto como abrevadero de ganado mayor y menor, como fuente de agua común para los transeúntes que circulaban por la carrertera general del Sur de Tenerife.
Depósitos rectangulares labrados en la tosca (toba). Fuente de los Juncos.
A este respecto cabe considerar la posible construcción o ampliación de algunos covachos y receptáculos previa la construcción de la propia carretera. Tomando en cuenta que la misma se ejecutó tomando como trazado un antiguo camino que pasaba por el mismo enclave en siglo anteriores, habría que considerar, además, la posibilidad de una ejecución de algunos de ellos durante los siglos que comprenden la Edad Moderna.
Acerca del uso histórico de la fuente, cabe mencionar la cita del médico Juan Bethencourt Alfonso que la vincula con los primeros habitantes en el tomo II de Historia del Pueblo Guanche:
"También es tradicional que bautizaban en la Fuente de Jénica o de los Juncos, en El Rosario; en la Fuente de Jénica, en Granadilla, y otros puntos; afirmando varios que todas las fuentes apellidadas de Jéñica estaban reservadas para el bautismo" (Bethencourt Alfonso, 1994, p. 589).
Entiéndase que el término Jénica aquí utilizado para la entrada referida a El Rosario, se debe a la inclusión de la Fuente de los Juncos como parte integrante de dicha variente de un topónimo mayor así denominado. La relación que establece el investigador chasnero es breve y no da mayores detalles al respecto. En consecuencia, se puede considerar que responde a una construcción simple que se puede estudiar desde dos puntos de vista: de una parte, considerarla como una creación del autor a partir de un proceso de deducción, o, de otra parte, tratarla como parte de la recopilación de una sentencia que recogió de la memoria oral de algunas personas mayores durante el siglo XIX. El hecho de que cite en plural a todas las fuentes así denominadas, Jénica, se halla detrás de este último supuesto.
Nosotros no hemos recogido ese uso específico de la tradición oral para el caso de El Rosario. Sin embargo, sí hemos recogido algunas sentencias de la tradición oral que afirman que el contexto en el que se inserta la mencionada Fuente de los Juncos de El Rosario era lo que se denomina popularmente un lugar de guanches, es decir, un enclave en el que se tiene constancia que fue usado de forma singular por los antiguos habitantes de las isla. El hecho de que una de las denominaciones del margen opuesto al de la fuente se denomine Roque Guanche (ver entrada [001] Roque Guanche), debe de entenderse, desde nuestro punto de vista, como un concepto que retrotrae todo este enclave con el pasado más antiguo, como así dan cuenta otros elementos que se solapan.
Por lo demás, cabe destacar que también hemos recogido en algunas ocasiones que este punto era lo que se denomina popularmente un sitio o lugar pesado, expresión utilizada por la oralidad para referirse a lugares donde aparecían miedos, esto es, apariciones sobrenaturales. Al margen de otros supuestos, una circunstancia a tener en cuenta que puede explicar estos acontecimientos puede derivarse de la atracción de numerosos animales domésticos y salvajes a este punto para abastecerse de agua y la interación con personas durante la noche.
Canalillos y gongo labrados en el soporte de la tosca (toba). Fuente de los Juncos
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